La pintura, la escultura y la danza son métodos terapéuticos que sirven a los niños con Síndrome de Down para su expresión personal, porque, les brinda posibilidades de comunicación y de proyectar su mundo interior.
El arte además, aporta un gran equilibrio, seguridad y confianza, mediante el, se pueden expresar sentimientos que ayudan a la salud mental de estas personas, se estimulan las capacidades y se evidencia un crecimiento en la autoestima.
Ana Ballesta Cervantes, es una Licenciada en Pedagogía, que se ha enfocado desde hace 18 años en la educación especial y dice que el arte, no sólo aporta a estas personas sino a todos los seres humanos “belleza en su concepto amplio, enfrentamiento con uno mismo en la búsqueda de otros lenguajes y formas de decir y contar a los demás”.
Ésta especialista califica además, el arte como un camino o meta para que las personas con discapacidad logren encontrar su propio ser.
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